miércoles, 22 de diciembre de 2010

Dirigióla, actuáronla y la grabaron

(La gota que jamás descansa, ni siquiera en las navidades, quiso reseñar el estreno de Chihuahua no es cuartel, pastorela irreverente en tres actos de Luis K’Fong, dirigida por Micaela Solís y actuada por Roberto Solís, Gladys Abigail, Fernando García, Alberto Rodríguez, Joaquín Ang, León Antiteo y Claudia Muela. Pero todos nuestros escritores están de vacaciones, excepto Plinio Mórdax, autor de casi todas las crónicas policiacas de la revista. El resultado fue éste. Tómese con todas las reservas del caso…).

En el cruce de las rúas 20 de noviembre e Independencia, se perpetró, ante la anuencia y paciencia de las autoridades, el incalificable acto… o mejor dicho, los tres incalificables actos que componen la irreverente pastorela Chihuahua no es cuartel del sujeto que dijo llamarse Luis K’Fong y de quien luego proporcionaremos su retrato hablado.

Comandados por la lidereza Micaela Solís, un grupo reducido de alborotadores grabaron lo que calificaron de representación teatral combativa.

El recuento de los daños materiales y personales, pero sobre todo espirituales, todavía no se ha hecho —comentó el investigador a cargo del operativo que acudió ante la denuncia de los vecinos.

Sin embargo han de suponerse cuantiosos éstos últimos, pues unos a quemarropa, otros con distancia a discreción, fueron percutidos trescientos cinco versos; unos disparados con armas largas —eran decasílabos—, el resto con armas cortas —octasílabos.

El profesor Cardozo y Ramón, psicólogo español contratado por la fiscalía general, opinó a pregunta expresa: “Este tipo de actitudes son producto de la sicosis que ahora se vive en esta ciudad, pero el apoyo que estamos dando a las víctimas de los poetas, pronto dará resultados; los escuchas, más temprano que tarde, volverán al gusto de los narcocorridos…”.

Los ahora presuntos aparecieron con aspecto sospechoso, sobre todo por la forma en que visten, pero especialmente quienes se hacían pasar por pastores, mismos que salieron de entre cobijas a actuar, en obvia alusión a la forma en que son entregados los ejecutados hoy en día.

Desconcertada, la policía que se había constituido como tal en el lugar para dar parte, no sabía si levantarlos, aplaudir contagiados por el entusiasta público, reportarlos o fijar una de las narcomantas decomisadas en diversas ocasiones. Finalmente se concretó a rodear el lugar con la consabida cinta amarilla y, por radio reportar el 18 con 36 que alteró momentáneamente el orden garantizado por el actual gobierno.

Los polifederales apoyaron a los polipreventivos, ante la complacencia expresa de los policletos.

Las palabras fueron recolectadas por sendas grabadoras que traían los innumerables agentes de gobernación, tanto federal como local y, según se informó, deben estar siendo examinadas en los laboratorios del C4, donde, por ley se hace la necropsia a la pastorela que, sin más averiguaciones, dejó caer el telón. Dependencia que sólo ha adelantado que algunas rimas son desafortunadas, pero que en general se conservaron el ritmo y el metro.

Para mayor información y regodeo en el verso —hoy desgraciadamente no hubo sangre—, aportamos esta dirección que usted puede consultar: Chihuahua no es cuartel, pastorela irreverente en tres actos

jueves, 9 de diciembre de 2010

Chihuahua no es cuartel


Pastorela irreverente en tres actos


José:
Te lo ruego, Mariquita,
date prisa y no te pares.
El portal no está cerquita
y de aquí a que lo prepares…
María:
Mariquita no me llamo
te lo he dicho ya mil veces
y por más que te reclamo
sigues con estupideces.
Además, ¿que yo lo limpie?
yo soy virgen, no pendeja.
Entiéndelo, viejo simple,
trátame como pareja.
José:
No te esponjes, virgen mía;
no es que me ponga arbitrario,
pero imagina, María,
que saliera algún sicario…
María:
No es tan tarde, carpintero,
son cosas del centenario
que en un atraco matrero,
nos cambiaron el horario.
Y eso es todo, san cobarde,
que no es pa’sustarse tanto
y aunque Chihuahua está que arde
quita la cara de espanto.
José:
No revuelvas tanta cosa
—por dios que no entiendes nada,
debe ser por achacosa
ya que estás embarazada—,
pero entiende por favor
que la cosa no es pa’ menos
estamos en el fragor
de muchos pleitos ajenos.
María:
Tú lo has dicho: no son nuestros
sólo se pegan entre ellos.
José:
Son esos bandos siniestros
que a balazos y atropellos
se disputan el trasiego,
la ruta y hasta el control
del pastor y del borrego,
de la luna, estrella y sol.
Ya lo dijo el gran Augusto,
césar de todas las Romas,
quienes hoy provocan susto
son traficantes de goma.
María:
Pues y entonces, ¿qué te apura?,
¿no eres de David su nieto?,
¿o lo de valiente es pura…?
José:
¡Rechazo tu tonto reto
y tu afán de provocarme!,
si te advierto es porque quiero
dejar ya de preocuparme;
entrar en el boñiguero
y esperar al nacimiento.
María:
Pues ya abajo veo el portal
y los dolores ya siento
del trabajo prenatal.
(Entran al establo).


En un paraje cercano a ciudad Juárez, desierto por todas partes, Gabriel, y Luzbel parlamentan:

Gabriel:
Qué ocurrencias las tuyas, mafioso,
de citarme en el medio de nada.
Me parece que no es amistoso
engañarme con esta mamada.
Y ya date de santos que te hablo
porque soy tolerante y te atiendo
ya que en estos parajes del diablo
pega mucho el frijol, más que horrendo.

Luzbel:
Ya que el punto has tocado, Gabriel.
son del diablo estos pinches terrenos.
¿por qué vienen ahora los buenos
a querer conquistar mi burdel?
Si es frontera, dijimos ha mucho,
si es desierto se aplica lo mismo
y no tienes que ser tú muy ducho
—a no ser que te gane el cinismo—,
para ver que en juaritos no rifan
santurrones armados o no;
que aquí manda la coca y la grifa
y reviente Philip Calderón.
G:
Era un dicho, Luzbel, tú lo sabes
esta tierra jamás se te dio.
Como todo, estos pobres enclaves
siguen siendo los ganes de dios.
Y los vicios no rifan aquí,
si aparentan matar los valores,
son recuerdos del tiempo del PRI;
porque ahora gobiernan mejores:
los que quieren parar el aborto,
los que odian de veras los gay;
los que ahora te traen ya muy corto
los que aplican pareja la ley.
L:
Y tú sientes que el pueblo te aplaude…
pero todos afirman muy bajo
que llegaron ahí con un fraude
porque Andrés y Manuel se distrajo.
Hasta dicen que hicieron la guerra
para darle sostén al buen chapo;
no a Guzmán que lo tiene y es capo,
sino al otro, el que siempre le yerra.
G:
Pues será, despreciable canalla,
que usurpara el Calderas el mando,
mas ahora él está gobernando
como dicen que ha sido, como haiga…
sido.
L:
Me preocupa tu metro y tu rima
del coraje perdiste a las dos.
Ahora menos tu rey legitima
el poder que hace años robó:
si creyeron que a puros balazos
esta gente los iba a seguir,
obtuvieron ya tantos fracasos
que debieran su suerte admitir.
Hoy en Juárez ya nadie es decente
y tampoco hay pecado febril:
es que ustedes corrieron la gente
y se echaron al pico a ocho mil.
G:
Pues los suyos no son malos quesos:
se dan gusto accionando el gatillo,
multiplican así los decesos
y percuten por miles casquillos.
Luego vienen los nuestros y cuentan,
levantamos los cuerpos por cien.
Las razones, si no hay, las inventan;
detenciones y juicios también.
Pero aquesto no puede seguir;
se nos puede volver hasta eterno,
si no aceptas por hoy transigir.
Te propongo el regreso al averno
luego calmo las cosas acá;
tú regresas de socio del chapo
y juntitos hacemos la paz.
L:
Te perdono tu tonto exabrupto,
pero ahora te digo que no.
Yo soy narco, mas nunca corrupto.
Ya debiera aprender Calderón.
No me asusta tratar con ustedes
—te lo digo con tono rotundo
pa’que luego las cosas no enredes—,
lo que temo es que sea yo segundo.
Nunca olvides que fue por soberbio
que perdí mi lugar en el cielo.
G:
No te quiero tocar ese nervio
a tu insigne pasado yo apelo:
de matanzas estuvo ya bueno.
Tú te rindes y san se acabó.

L:
Pues lo mismo te ofrezco, aunque lleno
de rencor con aquel que me echó:
nos entregan la plaza y las almas
del ganado, vecino y pastores
y tú tienes a cambio la calma:
se acabaron aquí los horrores.
G:
Tú bien sabes, maldito enemigo
que rendirnos nomás no podemos;
con mi espada desde hoy te fustigo
y respondo a tu insulto blasfemo.
L:
¡Que así sea!, mandilón, y ve y diles
al espíritu, al hijo y al padre
que en chihuahua seguimos por miles
y si vuelven les hago un desmadre.
G:
¡Volveremos con armas más largas!
L:
Y nosotros con largas y cortas.
G:
¡Tiraremos granada y descargas!
L:
Tu bravata ya a nadie le importa.
(Salen cada uno por un lado del escenario que en un rincón se ilumina, donde están Bartolo, Guadalupe y Jacinto, tres pastores que han medio oído, medio soñado ambos diálogos, el de María y José; el de Satán y Gabriel.)

Bartolo:
Tuve un sueño variopinto
con arcángel, santo y diablo
te lo juro así (chasquido de beso en la cruz de dedos), Jacinto
tan cierto como que te hablo.
Jacinto:
No fue sueño, mi Bartolo,
yo también oí el tirante
como una bola de cholos,
como diálogo aberrante.
Guadalupe:
Los dos están en lo cierto:
tres sufrimos espejismo.
Son las cosas del desierto…
dicen que es sospechosismo.
J:
¿De dónde sacas palabras
que en política se usan?
Y a luego las más macabras,
de las que más engatusan,
date cuenta, mi Gualula,
que esta es una pastorela;
aquí el lenguaje no adula
ni persigue la clientela.
G:
Pos yo creo que no es así.
Desde que andamos en esto
de plano me convencí
que la rima es un pretexto;
que busca hacernos reclutas
sea pa’l bien o sea pal mal.
Sólo personas muy brutas
lo ven muy angelical.
J:
¿“Bruto”, tú me dices, Lupe?,
¿cómo te atreves, mujer?
Deja que me desocupe
y así te voy a poner.
G:
Desocupado hace rato
que la crisis te dejó;
hoy le haces al abigeato,
ovejero o al pastor,
pero lo bruto no pierdes;
sigues repitiendo ideas
sin fijarte si son verdes,
panistas o de la dea.
Te dicen en televisa
que la política es caca
y vas muerto de la risa
repitiendo como vaca.
J:
Las vacas nunca repiten
G:
Era con buey la verseada,
mas la rima no permite
ser precisa en la bestiada.
B:
Pero volvamos al punto:
¿dices que es polaca pura?,
¿tons, por qué tanto difunto
por esta agreste llanura?
G:
Pos por eso, camarada,
por el juego del poder;
porque una vez superada
la fase de conceder,
viene la fuerza y los tiros,
enfrentamiento y batallas;
se acaban sueños guajiros
sólo rifan las metrallas.
J:
Propongo que supongamos
que esa sea la realidad.
Nosotros, ¿qué jais tocamos
entre tanta atrocidad?
G:
A’i ta lo malo, colegas,
que mientras ellos disputan
del dinero las talegas,
a los de abajo ejecutan.
Aprovechando este viaje,
suben al carro fascistas
y completan el ultraje:
asesinan activistas,
adictos y gente pobre,
desocupados y en fin
todo aquello que crean sobre
sea mendigo o borrachín.
B:
¿Tanto así?, lula querida,
¿no andarás de exagerada?
J:
¿No andarás tú de movida,
y vendes la cochinada?
G:
¿Cómo creen?, par de agachones,
¡qué “movida” o qué ocho cuartos!;
ésas son aberraciones
de las que estamos muy hartos;
es el lodo que le lanzan
a todo el que a diario tumban
porque a investigar no alcanzan
y con eso ya lo arrumban.
J:
Ya está bueno agitadora
tú sólo tienes protesta
y al llegar la mera hora
nunca enseñas la propuesta.
En cambio yo los invito
a que sigan a Satán
así comen calientito
y seguros estarán.
B:
No digas barbaridades.
Mejor vamos con Gabriel.
Ve que son las navidades
y yo soy cristiano fiel.
G:
Pues yo opino que es igual
si elegimos a cualquiera:
a la muerte federal
o a la muerte bandolera.
Si no supiera que hay miedo
a ser libre y decidir,
les propondría lo que puedo
con ustedes compartir.
B y J:
dinos, lupe, que te oímos.
G:
Allá afuera hay kaminatas
que en la calle construimos;
somos ya muchos piratas
que en el camino mostramos
que sí existe alternativa;
que tan jodidos no estamos;
que somos raza que activa.
Y si Gabriel ya no puede
y si el diablo es incapaz
pues sus cabezas que rueden,
¡déjenos hacer la paz!
B y J:
Y a nosotros ¿qué nos toca?
G:
Pues salirle con nosotros,
cualquier ayuda no es poca;
con ustedes más los otros,
cada vez seremos más
y pronto seremos todos.
No nos vencerán jamás
si luchamos codo a codo.
B y J:
Y, ¿podremos gobernar?
G:
Si Duarte y Felipe lo hacen,
¿por qué habríamos de fallar?
B y J:
Pues tu dicho nos complace.
¿Por dónde empieza el camino?
G:
Vayan gritando conmigo:
¡Chihuahua no es cuartel,
fuera ejército de él!

(Todos los actores corean, ¡Chihuahua no es cuartel, fuera ejército de él!, ¡Juárez, Juárez no es cuartel, fuera ejército de él! Cae el telón).